Cuando me hablaste del fin del mundo,
de este año donde vendrían naves
y hombrecitos majos,
a salvarte a ti y quizás a mí,
al principio me reí.
Luego te abofetee,
porque nombraste con un portazo
nuestra sentencia y te fuiste.
Categóricamente.
Desapareciste de mi vida.
Y yo no podía creer que alguien pudiese anularte,
y usar tu inteligencia, manipulada como una correa.
Alejándote de mí y de ti mismo.
Ahora que el fin del mundo no ha llegado,
Lo detesto.
Ya me había hecho a la idea de ser llevada a un final,
en el que no tuviese que volver a verte,
para recoger lo que aún quede de ti.

El Hombre Pájaro
Curioso insatisfecho. Puedes encontrarme en la rama de algún árbol de los que habito. Para encontrar esos árboles tienes que buscar desechos en la base como hojas arrancadas de libros, poemas quemados, pinceles desgastados y manchas de tinta. Escríbeme a nido@elnidocaotico.com
Suscríbete y recibe nuestro boletín semanal