Por no hablar de nada irrelevante
sólo mencionar que me levanté temprano
para oler la oscuridad del pasillo,
que ande por las esquinas de la casa
para sorprender a las hormigas.
Que las encontré hacendosas desmontando la miga de lágrima,
que cayó del párpado de alguien herido
y lleno de mezquindad.
Por no hablar de cosas sin malicia
os contaré que salí de casa con el traje que os impide verme.
En el tren camino a ese lugar me fijé en todos.
Robé del bolso de una mujer su agenda de secretos
para chantajearla con una llamada anónima
que hará, sin duda, que confiese a su marido
que ya no le soporta.
Por no hablar de cosas inocentes
sabed que subí a ver a mi vecina.
Le devolví el salero que me prestó hace tanto.
Lo rellené de mis miradas obscenas.
Esa noche cenó tortilla sazonada de orgasmos.
Mañana cuando me la cruce en la escalera
sé que me sonreirá sin saber por qué.
Por no hablar de nada desapasionado,
tengo que contaros que la tarde consume los ruidos,
que hay temblores en el aire
y que tus labios, vida mía,
me hacen siempre dar marcha atrás,
cerrar la puerta de los haceres y besarte.
Tú, la tarde y un terminar.
Por no hablar de especulaciones
acabaré por decir que el argumento de mañana,
lo dejaré para pasado.
Hoy será en mí diario una página en blanco,
para tenerlo solo aquí en este poema,
en que espero no haber elucubrado en sinsentidos,
hablando
de nada serio,
ni de cosas que preocupan.
Curioso insatisfecho. Puedes encontrarme en la rama de algún árbol de los que habito. Para encontrar esos árboles tienes que buscar desechos en la base como hojas arrancadas de libros, poemas quemados, pinceles desgastados y manchas de tinta. Escríbeme a nido@elnidocaotico.com