enero 5

El Mundo de Sofía Una Vez Más

Se recogen a continuación las primeras páginas de un extenso trabajo que puedes descarga desde esta entrada

La Filosofía qué es y para qué sirve? 

La Filosofía da respuesta a las cuestiones y problemas fundamentales de la realidad, de la existencia y del conocimiento desde una perspectiva o visión global, unificada e integradora; se interesa por el conocimiento de lo general y de carácter universal, por el mundo y la sociedad en la que vivimos.

La Filosofía se plantea en primer lugar el problema del Ser, es decir, qué significa ser, qué eso de existir, y en qué se diferencia de la Nada.

¿Qué es lo existente frente a lo no existente? Es famosa la pregunta que se formuló Leibniz al respecto: ¿Por qué existe algo en vez de la nada? Podríamos preguntarnos también ¿Por qué existo yo en vez de no existir? ¿Por qué existo precisamente yo y no otro? Desde los antiguos griegos, dice el gran físico cuántico Heisenberg, "la filosofía ha tratado de descubrir un orden en la infinita variedad de cosas y acontecimientos, buscando algún principio fundamental unificador"

 La necesidad de preguntarnos qué es el Ser está fundada en que la respuesta incide en la forma de conocerlo. Si no sabemos qué es el Ser, qué significa ser, existir, cómo nos vamos a plantear las vías para su conocimiento? Así nace la idea de Sustancia y de Esencia, una primera forma que tuvo la filosofía de responder a la cuestión de qué son en realidad las cosas (ontología) y cómo podemos acceder a su íntimo conocimiento (epistemología). Unos atendieron a lo que son las cosas y dijeron que la sustancia de las cosas es todo lo que queda después de eliminar sus accidentes o elementos accesorios no sustanciales.

Cuántas veces nos dejamos llevar por lo accesorio, despreciando o ignorando lo sustancial de las cosas, situaciones o personas. Entender eso nos ayuda a rectificar. Otros se centraron en cómo conocemos las cosas y distinguieron la esencia de la apariencia y dijeron que para el conocimiento de las cosas del mundo lo fundamental es intentar captar su esencia, traspasando las apariencias.

Así, el pensamiento filosófico nos ha enseñado desde el principio que para conocer algo hay que ir de lo accesorio a lo sustancial (o fundamental) y también que hay que ir de lo aparente a lo esencial. Dicho así, puede parecer bastante obvio, pero en la práctica, se observan análisis, debates, teorías y presupuestos científicos, políticos, sociales y de todo tipo en los que se violan (violamos) tranquilamente estas reglas.

Su conocimiento nos hace más capaces de avanzar en el camino del conocimiento. La Verdad es lo esencial, lo sustancial de las cosas. La Filosofía no se detiene en estas "obviedades", sino que prosigue su interrogación, su indagación. Así, de entre todos los seres, aparece el ser humano, cuyo conocimiento implica plantearse qué es eso de ser Yo. Ligado al problema del Yo aparece inmediatamente, como característica principal de ser Yo, la noción de la Autoconciencia, conciencia de sí mismo, capacidad de desdoblarse para observarse a sí mismo. 

El Yo es quien se reconoce a así mismo, en un desdoblamiento prodigioso del que solo los humanos somos capaces de realizar frente al resto de los seres existentes. Ya aquí aparece también la necesidad de distinguir lo esencial de lo aparente, lo sustancial de lo accidental o accesorio: cuántas veces no se habrá argumentado que lo que caracteriza al ser humano es su facultad de hablar, su capacidad de fabricar instrumentos, el hábito de vivir en sociedad (sociabilidad), su capacidad de hacer abstracciones, de razonar, su capacidad de bipedestación o su creencia en un más allá.

Todo ello son características indudables del ser humano, pero todas ellas están supeditas a su capacidad de autoconciencia, apareciendo esta como lo esencial o sustancial del ser humano.

Tras el reconocimiento de la autoconciencia emerge la facultad humana de tener conciencia de lo que no es mi Yo, conciencia de las cosas, de mi no-Yo. Nos encontramos así otro problema básico de la Filosofía, el de la relación entre mi Yo y las cosas, entre el Sujeto y el Objeto.

Se plantean con ello numerosísimos problemas: ¿qué capacidad tenemos de conocer las cosas que están afuera de nosotros? ¿Cómo es posible el conocimiento? es decir, cómo acontece eso de que la conciencia íntima del sujeto llegue a concebir cosas que está en el afuera de esa conciencia y que se caracterizan por tener una realidad diferente, es decir, la cuestión de cómo lo diferente puede llegar a conocer lo diferente. La facultad de conocer plantea problemas adicionales: ¿cómo se adquiere el conocimiento?, ¿cuál es su alcance?, ¿cuáles sus limitaciones? 

¿Podemos conocer realmente las cosas o no será que vivimos en un mundo de ilusiones y espejismos? ¿No será que conocemos solo las apariencias, las cosas por fuera y no lo que realmente son? ¿No será que el sujeto, en el proceso del conocer, transforma, modifica o inficiona al objeto, de forma que lo conocido no es más que algo afectado o modificado por el propio sujeto cognoscente y no lo realmente objetivo? ¿Es el conocimiento que nos proporcionan las ciencias positivas un auténtico conocimiento o solo una forma de conocimiento posible?

La Filosofía se ocupa de la Lógica, es decir de las reglas para la formulación de un pensamiento coherente, no contradictorio, un discurso en el que sus sucesivas partes están encadenas por un nexo causal dirigido por la razón. ¿Cuál es la relación entre el lenguaje natural y la lógica? ¿Es posible establecer una lógica matemática, superadora del lenguaje natural, tan imperfecto, ambiguo y cambiante? ¿Qué es eso de la lógica Dialéctica y cuál su relación con la Lógica clásica?

En la relación entre el pensamiento y el mundo objetivo encontramos también nuevos aspectos y problemas: ¿cuál es el principal de los dos órdenes, el material o el ideal? Se trata de determinar cuál de los dos aspectos es el fundamental, básico o primario: la materia o el espíritu, el ser o el pensamiento, lo ideal o lo material. ¿Condiciona la materia al pensamiento o es el pensamiento lo que condiciona a la materia?

Aparece así la visión idealista contrapuesta a la visión materialista. ¿No será que son mutuamente independientes, y que la materia el pensamiento van cada uno por su lado? Si es así ¿de dónde surge el pensamiento y cómo puede entonces pretender conformarse con la realidad de las cosas?

Y ¿qué decir del Yo cuando reconoce a los otros Yoes? ¿Cómo se produce esa relación intersubjetiva? ¿Qué problemas se originan? ¿Realmente nos comunicamos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Es el lenguaje un instrumento realmente válido para la comunicación entre los sujetos? ¿No será que entre lo que el sujeto emite y lo que el otro sujeto percibe hay un muro infranqueable o todo lo más débilmente permeable? 

Una nueva dimensión aparece cuando la Filosofía reconoce que el sujeto no solo es un ente pensante, sino también sintiente, tiene deseos, aspiraciones, se mueve impulsado por el afán de logros, fines y objetivos. Aparece lo que en Filosofía se llama la Voluntad y surge con ello la necesidad de plantearse cuáles son las reglas de comportamiento de ese individuo deseante frente al resto de los sujetos deseantes.

Aparece así la meditación sobre la Ética y la Moral, sobre las formas adecuadas de proceder, de conducirse frente a los demás. Aparece también el examen de las formas de convivencia social y el método de toma de decisiones que afectan a la colectividad: ¿cómo se establece el régimen de gobierno?, ¿qué efectos tiene la aparición del poder?, ¿cómo se relacionan las clases sociales? Surgen con ello nuevas áreas como la del Derecho y la Política. También aparece la necesidad de elaborar una visión globalizadora del curso de la Historia, superadora de la mera descripción de acontecimientos, batallas y reinados

¿Qué sentido tuvo Grecia, Roma en la formación de Occidente? ¿Fue la Edad Media realmente una edad oscura, nos aportó algo? ¿Cuáles son las características de la Modernidad que nos hagan comprender lo que hoy somos? También el Arte se ubica en el ámbito de la Filosofía, dando lugar a la Estética: ¿se trata de lo bello y lo sublime o el arte es una forma de expresión en la que el pensamiento se plasma o refleja en lo material?

¿Será entonces que la satisfacción sentida ante la contemplación de una obra de arte se asemeja a la que sentimos cuando comprendemos algo, cuando ampliamos nuestro conocimiento mediante el estudio y el aprendizaje, la observación y la experimentación, la comunicación con los demás?

 Vemos pues que la Filosofía se ha planteado legítimamente una serie de problemas y un ámbito de conocimiento (cuya enumeración arriba acometida está lejos de agotar el tema) que afecta a lo más profundo y fundamental de la existencia humana y que en principio, no son aspectos abordables desde la óptica de las ciencias positivas. La Filosofía aspira a dar una noción de lo existente diferente de la aportada por las ciencias positivas.

En resumen, la Filosofía se plantea el problema del Ser (ontología), el problema del Conocer (epistemología) y el problema del Actuar (moral, derecho, política).

Las ciencias positivas se plantean el conocimiento desde la especialización del campo de estudio: qué es la materia, en qué consiste tal o cual fenómeno de la naturaleza o cuántas antenas, patas y segmentos tiene tal o cual insecto. Pero las características de su capacidad cognitiva le impiden dar una visión global o unitaria del mundo físico que aborda. Tampoco puede aportar criterios, valoraciones o soluciones a los problemas vitales del individuo y a las cuestiones sociales de la comunidad. ¿Acudiremos a la física para que nos indique qué es el Ser, cómo abordar su conocimiento? ¿Nos iluminará la Biología sobre la autoconciencia, sobre los problemas de la relación sujeto-objeto? ¿Es que la electricidad y el magnetismo no acercará a la aclaración del tema de las relaciones intersubjetivas? ¿Podrá la Química iluminar el proceso histórico ocurrido en Europa desde la aparición de los primeros Estados?

 Las ciencias positivas abordan aspectos concretos de la realidad desde una aproximación estrictamente experimental, aquello que no es experimentable, visto y medido no puede ser conocido por las ciencias positivas. Por el contrario, la Filosofía nos ayuda en el conocimiento de los aspectos profundos y fundamentales de la vida del individuo y la sociedad, mediante un conocimiento de la realidad complementado por la conceptualización y el razonamiento especulativo.

Autor: Paco Serrano

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