Conducía hacia los suburbios de Malmö,
revisaba en el cielo cruel los picotazos de las nubes.
Cerraba los ojos en segundos, en casi minutos,
esperando la catástrofe,
que no llegaba.
El frío quería mantenerme suyo
y enjambrarme en rejas congeladas.
Paré a una pareja que hacía autostop.
Cuando subieron al coche descubrí en sus ojos gélidos,
la sorna del destino.
Paré y los eché a la intemperie.
Los insulté.
Los vi alejarse en el retrovisor,
asustados en la sorpresa de los espantados.
Volví a cerrar los párpados.
en tierra helada.
Curioso insatisfecho. Puedes encontrarme en la rama de algún árbol de los que habito. Para encontrar esos árboles tienes que buscar desechos en la base como hojas arrancadas de libros, poemas quemados, pinceles desgastados y manchas de tinta. Escríbeme a nido@elnidocaotico.com
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