diciembre 16

La Imposibilidad de Fundamento en la Ética

Autor: Enrique Pampyn

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La pregunta


¿Podemos encontrar un fundamento del deber, de lo bueno? En otras palabras: ¿Existe un fundamento para alguna ética de modo que podamos considerarla universalmente válida de forma que nos oriente individual y colectivamente? 

¿Se ha resuelto esta pregunta? La verdad es que no. 


¿Es importante esta pregunta?


Por un lado tiene una importancia personal, biográfica. Surge de lo que hoy podría llamar una disonancia cognitiva entre querer ser un buen chico y, al mismo tiempo, rebelarme contra las normas, con la inocencia y la confusión propia de la adolescencia. Esta disonancia ha estado presente en mi vida y me ha empujado siempre a buscar respuestas en los filósofos del pasado y del presente, también en la psicología, en la sociología… 

Pero, además, tiene importancia desde un punto de vista teórico y práctico. 

Desde un punto de vista teórico se plantea una cuestión fundamental si lo que pretendemos es un saber sólido sobre la praxis, un saber que nos oriente en la acción moral. Y por eso mismo tiene un interés práctico. La moral no es teórica, sino práctica, tiene que ver con un determinado tipo de acciones, no con todas las acciones que realizamos. Y la ética pretende proporcionar orientaciones de carácter general para esas acciones importantes que, como dice Morin, son actos de religación con los demás.


De ahí que sea inseparable de la política. La Política hunde sus raíces en esa religación del individuo con con los demás y se pone de manifiesto en cuestiones como: 


  • el divorcio, 
  • el aborto, 
  • los matrimonios homosexuales, 
  • la prostitución, 
  • las drogas, 
  • los límites de la ciencia (genética, IA),
  • los problemas medioambientales, 
  • los derechos humanos y deberes de los ciudadanos del presente y del futuro, 
  • derecho de los animales, 
  • la difícil relación entre libertad y seguridad, 
  • entre libertad e igualdad, 
  • la consagración de un sistema económico que solo puede existir a partir de la desigualdad y que funciona desconectado de las cuestiones éticas…
  • la distribución de la riqueza
  • La libertad de expresión
  • … Y podríamos continuar

La lista es enorme. Todos estos temas / problemas plantean cuestiones éticas de fondo que deben resolverse prácticamente y de hecho se resuelven, en un sentido u otro, política y jurídicamente, lo que afecta a la forma en que las sociedades se organizan: la forma del estado y de gobierno (democracia p.ej.), la legislación básica que define al ciudadano (constitución), los derechos que se concretan legislativamente y cómo, las instituciones, la propiedad… Y detrás de todo ello late la pregunta por la mejor forma de organizarnos: no queremos cualquier sociedad sino una más justa (JUSTICIA). 


Incluso para algunos autores como Levinas "la ética es la filosofía primera, esa a partir de la cual las demás ramas de la metafísica adquieren sentido. Pues la pregunta primera, esa por la que el ser se desgarra y lo humano se instaura como «de otro modo que ser» y trascendencia al mundo, esa sin la cual, en cambio, cualquier otra interrogación del pensamiento se queda en vanidad y en caza de vientos, esa es la cuestión de la justicia."


Es decir, que preguntarse por el bien implica también preguntarse por la justicia en el sentido de preguntarse por una sociedad más justa. Y para todo esto sería deseable contar con un saber fundamentado, una ética con fundamento de la misma forma que tenemos un conocimiento científico fundamentado. 


De la misma manera en que nos fiamos de los artefactos y herramientas que la ciencia construye porque consideramos que derivan de un conocimiento sólido, sería deseable que hubiera una Ética que sirviera a este mismo propósito.

Enrique Pampyn

Autor: Enrique Pampyn


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